No será fácil, pero creo que valdrá la pena intentarlo. En el camino encontraremos las mil y un piedras posibles, excusas para dejar de intentar. El desafío es hacer caso omiso a ellas y seguir. La recompensa será quizás lo suficientemente satisfactoria que te hará olvidar el dolor del trayecto. ¿Quién sabe?
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