martes, 15 de mayo de 2018

Nada ni Nadie.

Duele... ¿no?
En quién tú más confiabas te decepcionó.
Quién diría no que el primer hombre en tu vida, por más que este, es quién te haría entender que si ni a él le importas, menos al resto.
Un día todo esta bien.
Confías en que él te entenderá, será la mejor persona que puede ser para ti. Y sin embargo es peor que el quiosquero de la esquina al cual le debes la coca del domingo pasado.
Que feo, quién colabora con traerte a este mundo te hace desear ya no estar más en el.
¿Será que proyecte mi poca bondad en ti, y esperé pacientemente que tú seas así?
¿Será que solo perdí la inocencia carnal, más no perdí la inocencia de esperar siempre lo mejor de los demás?
Algún día me liberaré, me verás volar, puede ser que muy alto, tal vez bajo, pero ten por seguro que será lejos de ti.
Dolerá el día que partas de este mundo, formaste parte de mi creación y crianza, pero también alimentaste mi frialdad, mi decepción.
Esperé lo mejor de ti, que quisieras ser lo mejor para mí, porque yo traté ser lo mejor para ti.
Fue en vano. Amabas ser quién eras, la piedra en el camino de los demás.
Y yo adoro ser tu peor pesadilla, tu peor elección, tu peor descendencia.

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